viernes, 13 de mayo de 2016

Dios creó al hombre y a la mujer y los colocó en un espacio donde puedan vivir y desarrollarse correctamente, viviendo en equilibrio con el resto de seres.


El medio ambiente nos ofrece un lugar acogedor donde podemos vivir y desarrollarnos como seres humanos, nos brinda una serie de espectáculos naturales para contemplarlos, la belleza de la naturaleza no las podemos explicar con simples palabras, al contrario, describirla es realmente algo difícil.

Los seres humanos estamos destinados a vivir en equilibrio con lo natural, proteger y cuidar del medio ambiente es responsabilidad nuestra.

Sin embargo, recordemos ¿Cómo era nuestro planeta tierra en la antigüedad?
Al hacernos esa pregunta, reconoceremos el daño que hemos causado a lo natural, lo crueles que hemos sido con la naturaleza, la manera malagradecida de cómo nos hemos comportado al lugar que nos acogió.




Nos lamentamos de los desastres naturales y el calentamiento global pero, ¿Qué hemos hecho para evitarlo? Nada.


Al contaminar desmedidamente el medio ambiente hemos destruido poco a poco la capa de ozono, la que nos protegía de los rayos solares y no hay manera de repararla pero si podemos alargar su tiempo de vida, empezando a tomar conciencia de aquello.

Es difícil cambiar nuestros pensamientos y costumbres, por lo tanto es difícil que el hombre cambie sus ideas sobre el cuidado natural, pero ¿Si nuestra vida dependiera de eso? Porque depende de eso, nuestra manera de cuidar el medio ambiente es la manera en la que el reaccionará con nosotros.


Si cuidamos la naturaleza probablemente el índice de desastres naturales disminuiría y nuestras probabilidades de vivir un poco más, aumentarían.


Pero, ¿A quién queremos engañar? ¿Realmente mejoraremos? ¿Seremos capaces de mejorar nuestra calidad de vida, cuidando la naturaleza? Creo que la respuesta se ve reflejada en el vivir diario.


Considero que es un poco tarde para arreglar las cosas, y por el camino en que vamos peor.

La esperanza es lo último que se pierde? pienso que es cierto pero ya es hora de mejorar y no se ha visto ningún cambio, solo empeoramos día a día.

Entonces, no vale la pena lamentarnos cuando la naturaleza reacciona en contra de nosotros porque nosotros mismos lo hemos provocado.

-No dibujemos árboles de papel, sembremos árboles.
-No presumamos con la naturaleza, cuidémosla.
-No digamos: "Nuestro planeta", hagamonos cargo.

Así como vamos no vale la pena llorar, sino empezar a cambiar y mejorar.












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